Notas benedictinas, con A. Pascual

Notas sobre la reunión de trabajo, presentación y charla con Antoni Pascual, autor de San Benet i el Management.

[Expone Antoni Pascual, formador cuadros directivos, coach y consultor estratégico, ante un quórum APDO formado por distintos empresarios y profesionales del mundo de las organizaciones y de la gestión empresarial].

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Como viene siendo habitual en las últimas sesiones de APDO, los valores tomaron un papel relevante en la reunión del pasado 24 de abril encabezada por Antoni Pascual, que nos invitó a adentrarnos en la gestión empresarial desde un punto de vista más consistente y de futuro, incorporando a la sala la propuesta de organización de los benedictinos.

De entrada vimos como la gestión empresarial se ve influenciada por el miedo de directivos y gestores a perder el puesto de trabajo, que pronto se predisponen a una conducta de “bueno, y ahora nos vamos a forrar”.

Desde las mejores escuelas de negocios los alumnos salen preparados para ejercer competitivamente a un gran nivel, pero ello no evita que pronto impere un status quo narcisista en el que el líder da otro ejemplo del que debiera.

El liderazgo según los benedictinos: “Ha de recordarse siempre el abad de lo que es, y ha de saber que, a quien más se le confía, más se le exigirá”.

Esta manera de ver fomenta la rectitud en aquel que tiene más responsabilidad, quien debe ser un ejemplo y estar al servicio de aquellos que lo siguen. El que dirige debe adaptarse a la gente que tienea todos. Y no al revés.

Lo que puede representar un novedoso concepto en la actualidad, es en realidad un valor arraigado en la vida colectiva benedictina ya definido desde el S.VI dC.

Volviendo a la actualidad llamó la atención Lawrence Peter: “En la jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. De esta forma  el autor vincula el liderazgo a la competitividad.

La competitividad en una persona debe darse dentro de un criterio de selección; en el mercado actual el mismo miedo de los mandos directivos a perder el puesto se transmite a empresas y departamentos de selección, que contratan a la brava basándose en el número de títulos.

Asistimos a un caso de selección pionero basado en criterios más allá del expediente, en el que se busca detectar otros valores en el candidato mediante fórmulas intuitivas y acciones espontáneas. Cualidades como:

– El sentimiento de pertenencia
– Aptitud
– Conducta y obediencia (quizá el más importante para la orden de San Benito)

Encontrar en el personal estas cualidades evitará su descontento al cabo de unos meses de ser contratado, una tendencia generalizada tras el inicio ilusionante.

Por otro lado y en general, los miembros de toda organización pueden ofrecerle a ésta esfuerzo, experiencia y conocimiento. Estos 3 valores se pueden dar con una actitud brillante o no. El conocimiento brillante, según A. Pascual, es el factor que marcará la diferencia.

También se habló de las distintas autoridades en relación a la misión de una empresa. La autoridad teórica es aquello a lo que poder recurrir en caso de duda, y que va desde Dios, hasta la constitución en el caso de un país, o la misión para el de una organización. La misión de una empresa debe servir para saber lo que hay que hacer en un momento dado. Así de simple y así de importante.

En este sentido, Antoni nos recordó la ausencia de una razón de ser más humana en la constitución española, que apenas habla del ciudadano y sí de leyes, en contraposición a la americana, cuya autoridad teórica entre otras cosas recuerda que su misión es salvaguardar la libertad de sus ciudadanos. De esta forma un ciudadano americano sabe a que debe atenerse en última instancia. De la misma manera, las empresas debe definir su misión conscientes de su importancia.

Volviendo a los benedictinos, éstos rigen su vida colectiva según la OBEDIENCIA (escuchar), la HUMILDAD, la HONRADEZ y la CARIDAD. Todos ellos se contraponen a la codicia, la soberbia o la pereza.

Pero A. Pascual profundizó en el significado de Caridad, que va más allá del que tradicionalmente le atribuimos. Porque la caridad es una de las tres virtudes teologales junto con la fe y la esperanza, y entre ellas la más importante.

El significado que se usa ahora no es el mismo, porque Caridad en realidad es Amor. Se nos mostró una diapositiva donde figuraban derivados de la palabra que no son sino hijos del verdadero espíritu emprendedor.

Así, caridad es tantas cosas como: Generosidad, Compañerismo, Protección, Fraternidad, Aliento, Piedad, Camaradería, Esplendidez, Favorecimiento, Refugio, Amparo, Generosidad, Dadivosidad, Gozo, Alivio, Colaboración, Asistencia, Desprendimiento, Alegría, Magnanimidad, Abnegación, Nobleza, Respaldo, Caballerosidad, Humanitarismo, Asilo, Apoyo, Abrigo, Resguardo, Liberalidad, Auxilio y de nuevo, Amor.

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