Resumen del desayuno APDO sobre: Cultura del error; el intangible creativo en las organizaciones
[Expone Esteban Sitges, ingeniero telecomunicaciones, Project Manager y asesor organizacional, ante un quorum APDO formado por distintos empresarios y profesionales del mundo de las organizaciones y de la gestión empresarial].
Esteban Sitges presentó “Cultura del error; el intangible creativo en las organizaciones”, una visión novedosa para las empresas estancadas en bucles improductivos, instaladas en el retroceso.
Inicialmente se destacó la importancia de una gestión del talento eficaz, donde las personas en las organizaciones asuman responsabilidades reales y desarrollen las tareas que les son más fáciles por naturaleza, aunque para ello deba darse una reubicación para optimizar el rendimiento y fomentar la creatividad.
¿Es rentable equivocarse? – Esteban Sitges planteó a la sala una pregunta que no causa indiferencia, y aun fue más lejos: los nuevos empresarios y gestores deberían asegurarse que en sus organizaciones emerjan los errores bajo una gestión proactiva del error. El management que no lo evite y lo haga aflorar generará cambios, sugerencias, iniciativas en positivo, creatividad y cohesión interna.
La cultura del error promueve la superación de barreras y miedos que fomentan una cultura laboral de repetición que cultiva actitudes alienadas del éxito de la empresa. La persona debe poder identificarse en cierto grado con la actividad que realiza para poder desarrollarla con pasión y por lo tanto, con éxito.
E. Sitges aportó el concepto de miopía productiva, un talante de gestión empresarial que basa sus decisiones puramente en datos, se centra en el corto plazo y no es sostenible. En este tipo de organización se da un descuido simultáneo de la gestión de intangibles.
La nueva organización que se vió en APDO, promueve un día a día que no se olvida de la visión estratégica. La visión simultánea de la que el prof. Salvador Guasch habla en su libro “Contabilidad Simultánea” (Ed. ACCID 2013), es la base de las nuevas organizaciones de éxito, es decir sostenibles.
Se hizo especial énfasis en el rol protagonista que puede y debe ejercer el observador interno. Una figura o concepto capital del que se habló por ser necesario en las organizaciones alguien que observe a personas y procesos. En muchas de ellas el propio empresario ejerce este papel crucial, ausente muchas veces en las entidades más grandes.
El debate posterior a la presentación fue sustancioso y tuvo numerosas aportaciones. Se mencionó la gran pregunta de las organizaciones de hoy en día: ¿Dónde está la llave que permita a las organizaciones casar lo predicado con lo productivo? El cómo con el qué.
El debate en torno a los valores predicados y su realidad efectiva motivó intercambios en cuanto a la identidad corporativa y en cuanto a cómo hacer que los valores se traduzcan en eficacia y productividad. Cómo hacer que los intangibles estén presentes en el mundo más pragmático.
Se empieza a consolidar el hecho de que la gestión de los intangibles juega un papel relevante para la sostenibilidad de las organizaciones, por ende para nuestra propia continuidad. La simultaneidad puede ser una de las llaves que nos invite a traer el cómo al área del qué, a no separarlos y desarrollarlos a la vez, acción en la visión.
Se mencionó la importancia del hábito en las organizaciones, se propuso el significado de cultura (de la organización) como la suma de los hábitos adquiridos. El hábito puede ser clave a la hora de asentar una entidad duradera y con autonomía gracias a que sus miembros tienden a una pauta de conducta promovida desde una visión y una misión compartidas.
Por ejemplo, si uno se da cuenta de que es prescindible en una organización, es positivo, significa que la cultura de la organización está arraigada y es sólida por sí misma. No necesita figuras sin las cuales se desmoronaría; se ha hecho una buena labor en los cimientos de la organización, en sus valores y razón de ser.